viernes, 21 de abril de 2017

Café, libros y laberintos.

Inicio mi día con tres rebanadas de pan tostado con mantequilla y miel y una taza de café recién filtrado, cremoso y azucarado. Estas fueron mis vacaciones, la oportunidad de iniciar mi día con alarma interna y no electrónica, la oportunidad de continuar el día en pijamas y no en alguna vestimenta puesta para agradar a mis alumnos en el colegio. ¿Apoco un maestro no escoge su atuendo pensando en ellos?
       Acompañándome en mi día tengo por el momento dos libros que luchan por mi atención constantemente. He hecho una tregua con ambos: en la noche, antes de dormir, leo El nombre de la rosa de Umberto Eco y a medio día, después de comer leo El Hobbit de Tolkien.
       Encuentro que no difieren mucho las dos historias. Ambos tienen a un hombre sabio que guía a los menos conocedores e inocentes por un camino desconocido, rocoso, peligroso en busca de un tesoro perdido, un tesoro secuestrado por seres egoístas que no quieren compartirlo con el mundo. En ambas historias el protagonista ingenuo que es obligado a cambiar para armarse del valor y conocimiento que lo llevarán a su encuentro con el mal en forma de Smaug o Jorge de Burgos.      
       Tanto Bilbo como Adso experimentan una transformación personal previo a la conclusión de la historia que los despoja de sus miedos e inseguridades y les permite concluir como héroes y no simples acompañantes.
       Lo sé, me he adelantado hasta el final. Con ambos libros estoy haciendo una segunda lectura, lo que no le quita nada de novedoso. Tal como dijo el buen Kafka "Uno nunca lee el mismo libro dos veces". Descubro nuevos pasillos tanto en el laberinto de la abadía como en el laberinto de túneles cavados por orcos en las montañas nubladas tras Rivendel. Descubro por igual que yo misma he sufrido transformaciones en mi carácter como persona y como lectora a través del análisis de estas lecturas. Señal de un buen libro cuando te puedes ver en él.
       Se me ha acabado el pan y el café y dentro de tres días mis vacaciones. Continúo mi día y les deseo felices lecturas. ¿Qué libro me recomiendan leer en verano que siga esta misma estructura?

No hay comentarios:

LA PERSONIFICACIÓN DEL INMIGRANTE MEXICANO EN LA LITERATURA INFANTIL MEXICANA Y MÉXICO-AMERICANA

Telar de cuentacuentos